SOCIEDAD GEOGRÁFICA DE COLOMBIA

COLOMBIA: DESPENSA MUNDIAL

Alberto Mendoza Morales

Colombia es una zona verde del planeta, franja pródiga del mundo, territorio apto para masiva producción agraria. La acreditan la calidad de las tierras, la variedad de los climas, la tradicional cultura campesina. “Lo que aquí no se da es porque no se siembra” decía en su época Alfonso López Pumarejo. Colombia se puede organizar como una empresa agraria nacional destinada a satisfacer demandas globalizadas.

El mundo desarrollado muestra crecimiento económico y alza en la capacidad de pago de sus habitantes. Su ingreso per capita crece, la demanda de alimentos aumenta, la oferta disminuye y el precio de los alimentos sube. El mundo globalizado no es homogéneo. La superficie mundial aparece como una taracea formada por miles de localidades con gentes activas en la producción de ciencia, cultura, economía. Todas demandan alimentos. Hechos que aluden a Colombia y nos desafían. Nos señalan un objetivo específico, “organizar la población campesina para producir alimentos con destino al consumo mundial”. El reto compromete al 30% de la población nacional víctima de despojo y persecución., obligada por la violencia a fugarse de los campos y refugiarse en la periferia de las grandes ciudades. Población que, en lugar de estar produciendo, sobrevive en áreas de pobreza, lugares que les son extraños, con frecuencia enemigos, sometida a desarraigo y miseria.

La globalización es el ámbito para emprender en Colombia una trascendental reforma agraria. La tarea está en organizar la población campesina en una gran empresa de producción de alimentos con destino a la exportación mundial. Retomaría la reforma que comenzó la administración Lleras Restrepo y liquidó en Chicoral la administración Pastrana Borrero. En el campo colombiano ya hay siembras de origen vegetal para producir combustibles, palma africana, caña de azúcar. Se cultiva, además, pino caribea. Es hora de emprender la diversificación agraria para producir alimentos de exportación. Época apta, además, para cosechar las selvas de la Amazonia y el Chocó ricas en resinas, fibras, frutas, gomas, esencias. La demanda de productos agrarios está asegurada. Crecerá. Podremos atenderla con provecho si la adoptamos como objetivo nacional. Significaría la presencia del campesino como a gente primordial de la riqueza nacional.

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