MOVILIDAD EN BOGOTÁ
Alberto Mendoza Morales


La congestión vehicular afecta a las grandes ciudades. 500 millones de carros circulan en el mundo, uno por cada 13 personas, la mayoría en las ciudades. La movilidad constituye un tema urbano difícil de enfrentar. Bogotá está bloqueada. Agilizar el movimiento de vehiculos en la ciudad demanda, entre otras, cuatro acciones principales: recomponer, por lo menos, 80 por ciento de las calles; disminuir el número de vehículos en movimiento; planificar la movilidad de vehículos particulares; ampliar los medios de transporte público.

Recomponer calles invita a organizar una minga metropolitana. Tendría dos ámbitos. En los barrios pobres, organizar la población desocupada para el arreglo de las calles. El Distrito crearía los grupos de trabajo, pondría la maquinaria y pagaría el costo de salarios materiales y mquinaria. En los barrios pudientes, sus habitantes pagarían los costos; serían anualmente descontados del impuestos predial.

La disminución de vehiculos en movimiento es dura de tratar. En lo externo implica desviar por avenidas periféricas a la ciudad vehículos en tránsito que no tienen por qué entrar a Bogotá. En lo interno se necesita sacar del servicio buses y busetas piratas, buses chatarra, buses chimenea (8.000 en total) y una masa notable de taxis sobrantes (20.000). Es tarea prioritaria. Tropieza con mafias. Con intereses, que han adquirido mucha fuerza.

El tratamiento de los vehículos particulares implica una corrección urbanística de fondo. En lugar de eliminar parqueos y bahías, tratarlos como parte del espacio urbano de uso público. Restablecerlos y ponerlos en servicio gratuito. Sobre este particular hay experiencias aprovechables en ciudades del exterior, Alemania, por ejemplo.

La ampliación del servicio urbano público conduce a planteamientos drásticos por ejemplo, instalar tranvía en la carrera séptima. La bondad del sistema se conoce. Fue válido en Bogotá. Opera con éxito en muchas ciudades. Poner a funcionar autoferros por la carrilera de la carrera 30, solución propuesta hace muchos años. Extender la línea férrea hasta Sibaté y electrificarla en toda su longitud Sibaté-Bogotá-Sogamoso. Trasladar el Transmilenio allí instalado a otra vía. Adoptar la carrera 30 como vía-eje de distribución metropolitana de vehiculos particulares. Construir las Centrales de Pasajeros en Bogotá norte y Bogotá sur. Construir, al otro lado del río Bogotá, la avenida longitudinal de la Sabana alternativa de la famosa ALO. Servirá al tráfico regional y nacional de vehículos que no necesitan entrar a Bogotá. El debate sobre la movilidad es legítimo. La solución al problema es urgente.

 

 

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