El señalamiento de fronteras colombianas ha tenido inequívoco punto de partida: el Uti possidetis juri de 1810, referido al territorio del Virreinato de la Nueva Granada en aquel año.
El Uti possidetis representa la fórmula diplomática que se emplea con ocasión de definir limites o dirimir conflictos entre naciones colindantes, eventualmente beligerantes. Producen tratados basados en el Uti possidetis. Tomando como base el principio del Uti possidetis, Colombia ha negociado limites con Venezuela, Costa Rica, pues con Brasil se aplicó otro principió: el Uti possidetis de facto, según el cual aquel país exigía que la frontera siguiera hasta donde sus nacionales poseyeran tierras.
En sus negociaciones internacionales, Colombia ha perdido territorio equivalente a la mitad de su actual área continental y está por definir la posesión de una extensión marina en el golfo de Venezuela, en relación con los islotes de los Monjes al norte de la península de La Guajira.