LLAMADO A LOS ACADÉMICOS
Alberto Mendoza Morales
Las academias de Colombia están llamadas a salir de la torre de marfil donde dicen que están asiladas y hacer presencia en la realidad de una nación estremecida por viejos conflictos sin resolver. Su aislamiento simula estar bajo los efectos de una patología generalizada que azota a la nación genera, la indiferencia. Llega un momento, sin embargo, en que cordura y sensibilidad, visiblemente adormecidas en el país, son golpeadas por la diaria violencia que agita nuestra intimidad.
La entrega en el Guaviare, por las Farc, de dos damas prisioneras durante seis años, huéspedes de la selva en precarios albergues, ha producido un llamado que alude a personas e instituciones. Más angustioso aún cuando se recuerda que atrás quedaron casi 800 secuestrados sobreviviendo en condiciones infrahumanas. Estos hechos han tocado el anillo de indiferencia que sobre el caso envuelve a la nación colombiana. Producen, por cierto, severa llamada pública para que nos manifestemos y contribuyamos con presencia, luces y apoyo, a la solución del tradicional problema colombiano, guerra, violencia, barbarie. Comenzando por el tratamiento de dos condiciones que aparecen en primer plano, que los secuestrados sean liberados y pactar la paz entre gobierno y la guerrilla.
Las academias pueden aportar fórmulas públicas de arreglo. No tendrán nada de novedoso pero si mucho de útil. El asunto está en lograr que la guerrilla libere los secuestrados y simultáneamente que el gobierno decrete y la guerrilla acepte, un sitio de encuentro y diálogo, para definir las fórmulas necesarias, eficaces y posibles de pacificación nacional. Para estos efectos quienes tengan propuestas, que no son pocos, están llamados a que las hagan conocer públicamente. Son opiniones, iniciativas, recomendaciones, en general fórmulas concretas que conduzcan a la pacificación nacional y muestren que si hay interés nacional en el tema. El positivo desafío ha involucrado a la iglesia y alude a las principales academias del país, entre ellas las que conforman el Colegio Máximo Lengua, Ciencias, Medicina, Historia, Jurisprudencia, Economía, Ingeniería, Arquitectura, Sociedad Geográfica de Colombia y el Patronato de Artes y Ciencias. Sería deseable recibir sus comentarios sobre la delicada y urgente materia tratada.