COLOMBIA REGIONAL
Alberto Mendoza Morales
Colombia es un país geográficamente regionalizado y políticamente centralizado. El concepto de poder es virreinal y su ejercicio centralista. Hubo un momento en que la planeación regional fue notable en Colombia. Comenzó hacia 1954 con la creación de la Corporación Regional del Valle del Cauca-CVC. Continuó con ensayos destacados en la región Caribe (SIPUR) y en el oriente colombiano. Culminó con los CORPES, seis Corporaciones Regionales de Planificación Económica y Social. Los CORPES fueron suprimidos de un tajo a finales del siglo pasado.
La región fue expulsada del debate nacional, erradicada de las políticas públicas. El efecto ha sido notorio: eclipse regional tras el horizonte del centralismo en lo administrativo, político y económico. Y, dentro de las regiones, el aislacionismo departamental impregnado de corrupción rampante como lo ilustran de manera eminente los departamentos de la Orinoquia.
Fenómeno paralelo se dio en México. Lo relata el planificador Héctor Ferreira en denso y oportuno libro (“Construir las Regiones”). Comenta que, mientras “otros países fortalecieron y modernizaron su planeación regional en pleno proceso de globalización, México desmanteló las instituciones y las políticas del desarrollo regional”.
En el nuevo siglo el avance de Colombia tendrá que ser geopolítico y la administración regionalizada. El fortalecimiento regional tendrá que darse por iniciativa de gentes de Estado que comprendan que a la democracia pertenece la desconcentración del poder y la descentralización de funciones. El futuro globalizado organizará al país con base en entidades territoriales; fortalecerá las ventajas regionales y atenuará sus desventajas; valorará sus diferencias y sus culturas; aceptará el protagonismo de las poblaciones locales.
Necesitamos un nuevo diseño para la gobernabilidad de un país como Colombia. Las asociaciones municipales tienen en la regionalización un tema de primera importancia.