DOCTORADO EN GEOGRAFÍA
Palabras del arquitecto Alberto Mendoza Morales, Presidente de la Sociedad Geográfica de Colombia, en la ceremonia de inauguración del Doctorado en Geografía, en la Universidad de Quintana Roo, México, el 21 de febrero de 2006.
Nos convoca en esta ilustre Universidad de Quintana Roo la inauguración del Doctorado en Geografía, hecho oportuno y feliz que se da dentro de un mundo intensamente convulsionado.
La geografía es una ciencia de contexto. Abarca todo el ámbito en que se mueve la humanidad. Nos aproxima a la totalidad planetaria, nos comunica con el cosmos. Circunstancia importante en la época de la globalización. La geografía, ciencia de la Tierra, hermana de la astronomía, prima de la astrología, ha sido practicada como la ciencia de los viajes, de los paisajes, de los territorios, de las cosas que los ocupan, de los seres que los habitan y de las relaciones entre todos ellos.
Los geógrafos, por su parte, se han ocupado en muchas actividades; practican la docencia, describen la superficie del planeta, ilustran en mapas lo que encuentran, estudian las relaciones que se dan entre las cosas y ellas y los seres, aportan directrices para ordenar territorios y preservar ecosistemas.
Los geógrafos no están ausentes de la crisis contemporánea. En lo que hace a la geografía esta ciencia se encuentra en un período de redefiniciones. ¿es una ciencia natural? ¿Es una ciencia social? ¿Es separable lo natural de lo social? Las escuelas suramericanas suelen clasificar la geografía dentro de las ciencias sociales. Así la enseñan junto con la sociología y la historia. El resultado no ha sido exitoso. Los estudiantes salen escasos en sociología, flojos en historia, ignorantes en geografía. Estamos en una época propicia para redefinir y actuar.
La epistemología nos ayuda a aclarar la localización de la geografía entre las ciencias. Nos permite advertir que los temas de las ciencias naturales son aquellos que están ahí desde antes de la aparición del hombre en el planeta, geografía astronomía, física, química, biología. Ciencias sociales, de otro lado, son aquellas cuyos temas se dieron luego de la aparición del hombre, etnología, antropología, sociología y otras. La Sociedad Geográfica de Colombia trata la geografía como ciencia natural. Esto no quiere decir que la geografía se trabaje con ausencia del factor humano. Todo lo contrario, en asuntos humanos aporta la dimensión territorial que es el escenario donde el hombre actúa y hace historia.
La realidad es gestáltica. se nos presenta en forma holística, en conjuntos, como un todo. Las limitaciones humanas para entender la realidad, hacen que tengamos que dividirla en partes. Así se dio comienzo al estudio científico, así se mantiene. Los esfuerzos hacia la síntesis son cada vez más necesarios.
Es común que se separare la ciencia geográfica de la ciencia del Estado. El Estado lo componen tres elementos, territorio, población y gobierno y las normas que lo rigen. El territorio, objeto de estudio del geógrafo, es el asiento del Estado, lugar de arraigo, residencia de gentes organizadas que eligen gobiernos y se dan normas y leyes que aprueban y los cobijan a todos. Esta visión conduce a que aceptemos la geografía, además de ciencia natural, como ciencia de Estado.
Territorio es poder. Es espacio de vida, lebensraum. El Estado es una conjunción de poder; ejerce la soberanía que es aquel poder que no admiten por encima de sí mismo ningún otro poder. Los Estados son celosos en preservar su territorio y lo defienden frente a otros Estados, frente a otros poderes. La relación entre territorio y poderes dio origen a la geopolítica, rama eminente de la geografía. Podríamos decir que la geopolítica asoma como uno de los futuros temas de la geografía.
La geopolítica, dentro de la geografía, alude al tema de las regiones. El concepto de región, en muchos países, no está clarificado. Con este nombre suelen designar muchas cosas, regiones económicas, culturales, geográficas, político-administrativas y otras. La palabra región se volvió polisémica, Pero nació unisémica en Roma hace más de dos mil años. Designó exclusivamente el gobierno de una provincia. En los siglos XVIII y XIX, geógrafos alemanes redefinieron el concepto de región con base geográfica. Las identificaron como producto de la naturaleza. Región, en este sentido, es un territorio definido por límites naturales o arcifinios. Contiene elementos internos, étnicos, ecosistémicos que le dan personalidad propia y lo distinguen de otras regiones. Se pueden mostrar en mapas.
Suramérica es un modelo mundial de regionalización natural. Son discernibles 11 macrorregiones geográficas. Colombia participa con seis macrorregiones; cada una de ellas representa una unidad geográfica, étnica, histórica y ecosistémica. La Amazonia es la selva ecuatorial habitada por pueblos brasílicos. Orinoquia, llanura empradizada, tierra de guahibos y llaneros; Espacio Caribe, marítimo, insular y continental, habitado por isleños y costeños; Región Pacífica, oceánica, isleña y continental, tierra de indígenas y afrocolombianos. Región Marabina, colombo-venezolana, determinada por la cuenca del lago de Maracaibo; Región Andina, la montaña habitada por 11 grupos hispano-indígenas.
Desafía a los geógrafos enseñar el ordenamiento territorial de los Estados, el que existe y el deseable. Y ayudar a redactar normas y leyes que garanticen la sustentabilidad ecosistémica. El orden territorial discurre a lo largo de tres carriles del Estado ya mencionados, territorio, población y gobierno. Para quienes se ocupan en ordenamiento es bueno recordar lo que aconsejan en Colombia los indígenas koguis habitantes de la Sierra Nevada de Santa Marta. Ellos dicen “quienes quieren ordenar el territorio tienen que ordenar primero el pensamiento”.
Visto lo anterior podemos advertir que los geógrafos se forman no sólo para ser docentes. O como secundarios auxiliares en proyectos de ordenamiento o de protección ecosistémica. Los geógrafos, en el alto nivel, se formarán para como hombres de Estado, preparados para contribuir a formular planes de desarrollo económico y social y para ayudar a orientar naciones. Quizás esta sea una directriz útil para aplicar en los doctorados.
Y una reflexión final. El planeta está siendo sistemáticamente demolido. Existe la destrucción social de las regiones. El hombre común está siendo agredido por sus semejantes desde posiciones muy fuertes de poder económico y político. Frente a estos hechos destructivos el geógrafo está ausente en la defensa del planeta. Ha sido sustituido por los ecólogos quienes incluso exponen sus vidas. Desde finales del siglo XX surge una nueva ciencia, la ecosofía. Viene de oycos, casa y sofos, sabiduría.
Su finalidad consiste en cómo habitar un planeta, en que se cuiden los ecosistemas y progrese la especia dentro de un medio ambiente saludable y propicio. Busca “saber en qué forma vamos a vivir de aquí en adelante sobre este planeta”. Propone trabajar a escala planetaria y, al mismo tiempo, revalorar lo local. Insinúa desechar la repetición mortífera y aceptar nuevos contextos históricos; propagar orientaciones disidentes que creen rupturas en la cultura heredada; integrar antropocentrismo y medio ambiente; practicar acciones que incluyan la ecología social y mental; luchar contra el hambre; frenar la deforestación. Por encima de todo propone revisar las fracasadas ideologías del siglo XX, de las cuales somos hijos y salir a una nueva realidad.
Quizás estas reflexiones cuenten entre las directrices básicas para emprender nuevos doctorados en geografía como el que inauguramos hoy, llenos de satisfacción y optimismo, en la Universidad de Quintana Roo y con el reconocimiento a la División de Ciencias e Ingenierías de la Universidad y a su Director el doctor David Velásquez Torres por la excelente programación del doctorado.
Chetumal, México, 21 de febrero de 2006.