Todo nos une. Territorio similar, población emparentada, historia común. Ahí encontramos la base del eje Colombia-Venezuela.

Los dos países ocupan parte del espacio Caribe; sus litorales se bañan en el “mediterráneo del siglo XXI”. La cordillera de los Andes los amarra, tres ramas en Colombia y la cordillera de Mérida en Venezuela que se desprende en el páramo de Tamá y declina frente a la península de Paria. Los ríos Orinoco, Meta, Arauca, Catatumbo, les prestan sus aguas y la Orinoquia sus llanos asoleados. La cuenca del lago de Maracaibo une la gente. Los páramos los singularizan, son los dos únicos países del mundo, junto con Ecuador, que poseen ese tesoro. La raíz humana es común, el pueblo brasílico. Los guayú, guajiros, originarios de la Guayana, los identifica. Los campesinos en Venezuela son, en parte notable, colombianos.

A Venezuela y Colombia llegaron adelantados españoles. Los colonizadores fundaron los municipios, Coro el primero. Los alemanes, emisarios de los banqueros Welzer de Augsburgo, entraron a Venezuela por Maracaibo; Federmann, visitó la sabana de Bogotá; Alfinger, murió en Chinácota ejecutado por los indígenas. Los llanos fueron el escenario común de la gesta libertadora; recuerdan a Páez y Soublette, a Santander y Anzoátegui, y por encima de todos a Bolívar, genio de América, caraqueño, murió en Santa Marta. El colombiano Francisco Antonio Zea presidió el Congreso de Angostura. El venezolano Rafael Urdaneta, oriundo de Maracaibo, fue presidente de Colombia. Los llanos inspiraron las novelas de Rómulo Gallegos y de José Eustasio Rivera. La frontera de los dos países, la más activa de Suramérica, está cosida por una sucesión de ciudades binarias, Maicao-Paraguipoa; Cúcuta- San Cristóbal; Arauca-El Amparo-Guasdualito; Puerto Carreño-Puerto Páez; Amanavén-San Fernando de Atabapo.

Todo nos une. El eje Colombia-Venezuela reclama planes y acciones binacionales concertados. Necesitamos trabajar juntos la Orinoquia, la cuenca Marabina y la cadena de ciudades binarias. Lo demás es percance y desperdicio.