Empresa Comunitaria
UN PLAN PARA CARIMAGUA
Alberto Mendoza Morales
Entregar parcelas a campesinos es una experiencia que ha fracasado en Colombia. Lo comprueban los intentos de reforma agraria que se han hecho sobre esa base. A los dos años de posesión, el campesino vende la tierra, se fuga y se traslada a las ciudades a sufrir en los anillos de miseria.
Carimagua ofrece la posibilidad de cumplir un objetivo: organizar campesinos en una empresa comunitaria, aplicando los principios de la reforma agraria de la administración Lleras Restrepo, abandonados del todo por la administración de Misael Pastrana. Hubo excelentes experiencia en empresas organizadas en Huila, Tolima y Córdoba.
Los 170 km2 de Carimagua son el área de un municipio pequeño. El plan admite, con amplitud, la residencia de unas 6.000 personas agrupadas en un promedio de mil familias. Es la población de una vereda. El territorio se presta para una zonificación de usos destinados a la administración del proyecto, la residencia, la producción y la recreación de los pobladores.
El Plan contempla disponer: una zona central destinada a la dirección y manejo de la empresa; incluye rescatar las investigaciones científicas y adecuar, para el caso, las construcciones que usaron, durante muchos años, el ICA y el Centro de Investigaciones de Agricultura Tropical CIAT; zona de peces y chigüiros en la laguna existente; zona para el cultivo de palma africana y caucho en 800 hectáreas, área igual a la que cultiva con éxito Gaviotas en el Vichada, debajo renace la selva; zona para cultivar artículos de pan coger, yuca, plátano y hortalizas para consumo diario de la población y frutas, naranjas mangos que se pueden enlatar y marañón que se puede procesar y comercializar; zona para ganadería de leche y de carne; zona para producción industrial de maíz, arroz, posiblemente ajonjolí. Es materia que deberá ser más cuidadosamente investigada; zona para construir cuatro núcleos urbanos, poblados de pequeña escala, aldeas, para alojar una población inicial de 250 familias cada uno. La aldea se diseñará a partir de una plaza central con instalaciones sociales, espacios para cooperativas de producción manual formadas por las esposas de los asociados. Cada unidad residencial contará con escuela primaria, local para culto, puesto de salud y casa de huéspedes. Este plan ofrece en Colombia la posibilidad de salir del tradicional mundo de los “puestos de trabajo”, de los peones y jornaleros y entrar al mundo de los empresarios comunitarios asistidos por el Estado.