Ordenamiento Regional
El MESÓN CARIBE
Alberto Mendoza Morales
El Mesón Caribe es una de las seis regiones geográficas que componen el territorio colombiano junto con la Amazonia, la Orinoquia, los Andes, el Andén Pacífico y la cuenca Marabina que compartimos con Venezuela. Constituyen el tesoro étnico y territorial de Colombia. Requieren, organización de conjunto, descentralización administrativa y autonomía de manejo.
En Barranquilla aprobaron el Manifiesto del Caribe. Declaración colectiva. La plasmaron en el Teatro Amira de la Rosa. Contiene una agenda regional con horizonte en el año 2021. Propone una democracia que sea ética, eficiente, empoderada y sostenible. Apunta a establecer una acción de Estado al servicio de la población regional, del crecimiento económico, de la cultura política, del progreso social y de la sustentabilidad ambiental.
La región Caribe la ocupan siete departamentos, Atlántico, Bolívar, Cesar, Córdoba, Magdalena, Guajira y Sucre. Excluye a San Andrés y Providencia, Estado Archipielágico en ciernes según Enrique Gaviria Liévano. Requiere tratamiento especial. Ocupan el Mesón las sabanas de Bolívar, la Mojana, el valle del Cesar, la llanura magdalenense, la Sierra Nevada, la Guajira. Ese espacio lo habita una población múltiple en lo étnico, cultural, religioso, artístico, variada, incluso, en el modo de hablar y de cantar. Muestra identidad en la diversidad. El manejo del Mesón demanda liderazgo. Y movilización de los grupos pensantes, académicos, políticos, administradores públicos y privados. Será la presencia unitaria y coordinada de la ciudadanía debidamente motivada, instruida y vinculada al vital proceso geopolítico. Conducirá a elevar la calidad de vida de la población. Servirá de modelo repetible en una nación que adquiere conciencia de la importancia de la región, su realidad geográfica básica.
La regionalización caribeña obedecerá a su realidad territorial y humana, responderá a una geopolítica abierta, vinculará las capitales tradicionales. Lo contrario las enfrentaría. Su administración no se podrá concentrar, por eso, en una única capital costeña, Cartagena, Barranquilla o Santa Marta. Requiere identificar una capital regional aceptada y compartida. Y emprender una movilización general respaldada por fuerzas de punta, creativas, renovadoras, dotadas de soporte presupuestal. Estarán destinadas a impulsar la supra-departamentalización del Caribe, la construcción de infraestructura global, la organización de cadenas productivas, el manejo de un mercado regional. No es asunto fácil de cumplir. El proceso tendrá que vencer tradicionales fuerzas aislacionistas o centralistas, derrotar el paramilitarismo, superar mafias políticas. Debe, además, competir con el expansionismo antioqueño proyectado desde el sur sobre áreas caribeñas, Urabá, Córdoba y Sucre.