El interés por la región y la regionalización, puesto en escritos y declaraciones públicas y privadas, es evidente. Lo que no está claro es qué estamos entendiendo por región. Aún golpea en las mentes el concepto regional romano, vinculado con las provincias que, como su nombre lo indica (pro vincere) fueron resultado de guerras, asaltos y colonización producida por un pueblo militarizado, netamente imperial.

Sobre materia regional, la Sociedad Geográfica de Colombia vincula inequívocamente la región con el territorio. Región, en ese sentido, es básicamente un concepto geográfico-territorial a partir de límites arcifinios que se hace funcional, clara y trabajable para fines administrativos y para procesos de ordenamiento territorial, gestión ambiental y desarrollo humano.

“Las regiones son perpetuas, tienen base geográfica y fundamento geopolítico incuestionables, científicamente se puede demostrar su existencia, delimitarlas y mostrarlas gráficamente sobre el mapa del país, como lo han hecho investigadores de reconocida autoridad. Hasta con medios audiovisuales se puede explicar a nuestros compatriotas su realidad regional de la cual ellos están convencidos puesto que es la tierra que pisan y recorren en sus actividades habituales”. Fue la acertada definición que aportó el constituyente Juan B. Fernández R., en la Asamblea de 1991. La falta de unidad sobre el concepto de región, conspira contra una acción concertada y útil en una materia fundamental para el ordenamiento territorial de Colombia y su acertada administración.