LA TESIS DEL ARBOLITO
Alberto Mendoza Morales
El siguiente comentario sobre la “Tesis del Arbolito” que tuve oportunidad de enviarles en pasada ocasión lo hace Doña María Bibiana Laverde. En versión libre dice:
“Idealismo hermoso, pero fuera de contexto. En nuestro país, más del 60% de la población vive en condiciones de miseria, pobreza, desplazamiento, delincuencia, prostitución. Condiciones reales que nos han llevado a la cultura de la violencia, gracias al dominio, al poder, a la explotación, a la malsana competencia, a la desmandada ambición.
La clase I se subdivide en otras: Los tradicionales ricos del país, dueños de la tierra y de los medios de producción. Estos dos grupos amangualados, constituyen la clase explotadora, egoísta y aplastante. Otro grupo logró adueñarse de lo intocable; resultado, enriquecimiento de gente salida de la nada, pero con cerebros envidiables, ricos de la noche a la mañana. Este grupo y los anteriores, produjeron, corrupción, terrorismo, explotación, falsos positivos, mentiras, engaños, Otra clase peligrosa, los medios de comunicación. Su misión, mantener a la población enredada en mentiras. Hay una clase más, la clase externa, no nacida en nuestro país. Para completar, hay otro grupo, los protectores de protectores, los que tienen el poder por las armas. Ahí sí, que entre el diablo y escoja.
La clase II, la forman trabajadores, maestros, investigadores, profesionales de todas las áreas, tecnólogos, secretarias, es decir, todos los que vivimos de un sueldo. La mayoría trabaja en lo que no estudió. También están los del rebusque, desempleados, subempleados, independientes, luchan y madrugan todos los días para sobrevivir, venden tinto; jugo de naranja, cargan bultos, ladrillos; son maestros de obra, los que venden dulces, los que hacen malabares en los semáforos, el mimo, el cantante-cuentero que sube en las busetas; el tendero, el carnicero, el panadero, el de la droguería, el zapatero, el cerrajero, el de la ferretería. Todos de diferentes edades, en la cuerda floja. En esta clase II, están los que han soñado con codearse con los de la clase I.
La clase III es el 60 % y más de la población Comprende mendigos, loquitos y ancianos que viven en la casa grande, la calle. Nuestros recursos naturales ¿en manos de quién irán a parar?, la gran mayoría serán extranjeros, disfrutarán nuestra agua, selvas, bosques, llanuras, mares, ríos,
El fin último de la educación, según creo, es que nuestro pueblo reciba el conocimiento. Otra cosa es que, actualmente, el que estudia paga y el que no, se fregó. Si no pasa en la instrucción pública, no hay nada que hacer. Los ricos más ricos, los pobres más miserables, los honrados, sabrá mi Dios. Creo que la analogía del arbolito no aplica mientras sigamos en la carrera loca en que estamos. Tal vez si estuviéramos en otro planeta. Hice una buena Catarsis. Gracias”.