MUROS
Gustavo Pérez Ramírez
(Artículo publicado en el periódico La Hora de Quito)
Con bombos y platillos se celebraron 20 años de la caída del ignominioso muro de Berlín, que nunca ha debido levantarse. ¡Cuánta hipocresía¡ Ante todo, por parte del gobierno de los EE.UU., que mantiene dos muros; uno de 1.300 kilómetros en la frontera con México para evitar que mexicanos entren a lo que otrora fuera su tierra, y el otro, no por invisible, menos criminal, alrededor de Cuba, bloqueándola, contra el derecho internacional e ignorando olímpicamente con contumaz arrogancia, la condena mundial, desde ideologías opuestas, por 18 veces en el seno de la Asamblea General de las Naciones Unidas. Equivale a decirle al presidente de los EE.UU. la frase que acuñó Reagan, parafraseándola: Señor Obama, derribe ese muro. Hipócritas también los festejos en Israel, con su muro de la vergüenza frente a Cisjordania.
Son 27 los países en el mundo divididos por muros en nombre de la democracia. Han provocado más muertos que el Muro de Berlín. La democrática India, construye muros para contener a los intocables y barricadas en Cachemira; la China comunista contra el Tibet; Marruecos contra el Frente Polisario (el más largo del mundo, 2.500 km); España en sus enclaves de Ceuta y Melilla; muros entre Chipre y Turquía; entre las dos Coreas; entre Bostwana y Zimbabwe; Arabia y Yemen; Kirguistán y Uzbekistán; Tailandia y Malasia e Irak y Kuwait etc. En mi propia Colombia se yerguen muros invisibles contra los pobres, como en el resto de los países del mundo. No lejos de las murallas de Cartagena, atractivo turístico, viven excluidos millares de colombianos. Y qué decir de los muros móviles de las FARC y del ELN en plena selva, donde tienen en condiciones de esclavos a pobres soldados, mientras el presidente Uribe mira para otro lado insensible. Hipocresía por doquier.