CARRETERAS, TROCHAS, CAMINOS,
FURIA EN LA AUTOPISTA
Alberto Mendoza Morales
Furia en la “autopista” ocasionó en Bogotá un gigantesco centro comercial abierto al público sin vías de acceso. Causó trancones y desvíos de autos, buses y camiones. Perturban la población de los barrios vecinos en el norte de la ciudad. Faltó previsión. La Autonorte será la primera “autopista” del mundo donde se construirá un puente de acceso a un centro comercial particular, con sus respectivas orejas, por cuenta de la ciudadanía que paga con incomodidad la falta de planificación y de su bolsillo casi todo el costo de las obras por hacer. Ofrecen la solución ingenua de “ampliar la vía”. Seguramente más peajes.
Colombia es un país de carreteras, trochas y caminos. No tiene autopistas. Aquí llamamos autopista a cualquier carretera ancha que va de pueblo en pueblo, a cuyos costados se asoman comercios, almacenes, ventorrillos, restaurantes, puestos de flores, cementerios y ventas de merengón. A esa carretera, en el caso de Bogotá, le dicen Autonorte. Autocaos la llamó EL TIEMPO. Es una simple prolongación de la avenida Caracas.
Las carreteras son venas, las autopistas, arterias. Las autopistas no salen de una ciudad ni entran a ella. Pasan por su costado. Tampoco terminan en una carretera. No dan acceso a negocios. No están hechas para transporte urbano, carros mortuorios, ni buses de colegios. No tienen cruces a nivel; sino sobre y bajo nivel. A las autopistas las define la velocidad. Se diseñan anchas y rectas en lo posible, las curvas con radios amplios. Su función es garantizar rapidez y seguridad. Suelen bordearlas altas defensas que impiden el paso del ruido a las poblaciones vecinas. Constan de dos vías, una para cada dirección, separadas por una franja central amplia. Cada una de las vías tiene, por lo menos, tres pistas, derecha para velocidad moderada, central para sobrepasar, izquierda para alta velocidad. Cuentan con berma, tramo lateral para vehículos que deban detenerse. Entradas y salidas a las autopistas se hacen con vías paralelas que permiten apreciar el tráfico y acelerar y desacelerar según el caso. A distancias prescritas, ofrecen paraderos con estaciones de gasolina y restaurantes.
Las autopistas se inventaron en Alemania hacia 1930. Era época de crisis, inflación, desempleo y hambruna. La primera condujo de Munich a Berlín. Se construyó a pico y pala. Dio trabajo incluso a profesionales. Colombia requiere un plan nacional de autopistas. La cuenca alta del río Bogotá necesita una autopista longitudinal, norte sur, que la recorra entera, sin cruces, sin entrar a ninguna población. La llamada Autopista Longitudinal, ALO, no será una autopista, será otra vía de servicio para la ciudad, equiparable a la caotizada Autonorte. El tema de las autopistas está sin estudiar. Plantea un desafío.