Antioquia, “barco insignia de la nación colombiana”, “meridiano político de Colombia” (Guillermo León Valencia). Tierra de agricultura, comercio, industria y finanzas. Y de orquídeas, flor nacional. Duro y tortuoso su camino. La Oficina de Planeación Departamental le ha trazado rumbo en un Atlas Geoestratégico. Objetivo: “llegar a ser la mejor esquina de América con base en una conciencia geográfica e histórica”. Asumen “futuros viables y sustentables en un mundo globalizado”.

Antioquia ocupa espacio sobre un corredor continental. Lo recorrieron pueblos centroamericanos en su paso hacia el centro y el sur del país. Territorio amplio. Tiene 63.612 km2 de extensión. Llega hasta el río Atrato. Domina el golfo de Urabá. Tiene 323 km de costa sobre el mar Caribe. Se asoma sobre la Depresión Momposina. Lo recorre la cuenca bifronte Magdalena-Cauca. Tiene todos los climas. Lo adornan tres parques, Catíos, Orquídeas, Paramillo. Cuenta 5´576.724 habitantes repartidos en 125 municipios, 243 corregimientos, 4.375 veredas.

La población antioqueña es indígena, afrocolombiana y mestiza. En el siglo XVIII constituyó un conglomerado caótico. Es cuando llega el visitador Juan Antonio Mon y Velarde. En 1775 los encontró “más atrasados que en la peor provincia africana, llenos de miseria y conflictos sociales”. Y postuló: “conviene a la Corona española una comunidad productiva”. Emprendió entonces una audaz reforma agraria, la principal que se ha hecho en Colombia. En el yunque de esa reforma se forjó el antioqueño, arquetipo humano identificable en el continente, Son los texanos de Colombia, motivo de curiosidad y estudio de propios y extraños.

Antioquia llegó a ser el departamento más próspero de Colombia. Maneja la segunda economía del país. Ha experimentado cuatro fases económicas sucesivas, Minera, relacionada con el oro (Buriticá, Remedios, Zaragoza); el carbón (Amagá) y el petróleo, Yondó). Agraria, con la introducción del café; exporta flores y banano. Industrial, con producción textil, de porcelanas y cueros. Financiera, expresada en su fuerza bancaria.

Medellín, “Capital de la Montaña”, “Capital de las Flores”, por su clima “Ciudad de la Eterna Primavera”. Concentró el desarrollo de Antioquia. Creó inmensa desigualdad y desequilibrio. En su área de influencia reside más de la mitad de la población del departamento. Genera 72% del PIB. Aporta 40% del sector servicios. Los concejales de los municipios aledaños viven en Medellín. El centralismo ha causado 54.4% de necesidades básicas insatisfechas, de ellas 19,6% al nivel de indigencia. En el trasfondo se agita la violencia y el conflicto armado. Afecta a la “Antioquia rica” y la “Antioquia pobre”. Los antioqueños resultaron federalistas cuando van a Bogotá y centralistas cuando están en Medellín. El Atlas Geoestratégico da oportunidad para profundas reflexiones. Y para acciones audaces.