NUEVO ORDEN ECOLÓGICO
Alberto Mendoza Morales
La naturaleza hace cambios lentos. El hombre los hace rápidos. La naturaleza dura miles de años haciendo una loma. El hombre la elimina en pocas semanas. Hay un nuevo orden ecológico mundial. El ecosistema planetario muestra características diferentes a las de hace apenas 70 años. Las relaciones entre los seres vivos y el medio ambiente en el planeta son distintas a las de ayer. Los cambios ambientales que experimentamos son de origen humano. El hombre ha modificado radicalmente su habitat. Y en su contra.
El nuevo orden ecológico lo documentan hechos objetivos. Todos actuantes. Están a la vista. Habitamos un invernadero. Aumentó la temperatura media ambiental. Hay cambios climáticos. La predicción del tiempo es incierta. El calor mata gente en las zonas templadas. Hay deshielo en los polos y en las áreas ártica y antártica. Aumentó, en consecuencia, la cantidad de agua dulce disponible. Sube el nivel de las aguas oceánicas. Se observa en el golfo de Morrosquillo. Casas que antes estaban retiradas del mar, ahora las aguas llegan a sus puertas. Huracanes y tornados caribeños son cada vez más frecuentes y violentos. Los representa Katrina. Lo mismo los tifones y ciclones asiáticos. Hay zonas donde el agua disminuye por desertización. Mientras en otras hay dramáticas inundaciones, lluvias y tempestades. Aumentan los incendios forestales, notorios en España, Portugal, California, Colombia. Empresas mundiales, entre tanto, se apropian del agua, la privatizan, la mercantilizan.
Calor y agua aparecen como factores determinantes del nuevo orden ecológico mundial. Carlos Walter Porto-Gonçalves, profesor brasileño, se aparta “del imaginario de los científicos respecto al agua y de la simplificación típica de los libros didácticos que lo presentan. Describen un ciclo abstracto. Las superficies líquidas sometidas a radiación solar se transforman en vapor, luego en nubes que, condensadas, se precipitan en lluvias. La enseñanza es simplista”. Deja de lado lo esencial y concreto. Del agua fluye la vida. Un ser vivo no se relaciona con el agua, es agua. La vida parece otro estado del agua además del estado líquido, sólido y gaseoso”. El agua es flujo, movimiento circulación. La demanda de agua crece a mayor velocidad que el crecimiento demográfico. El ciclo del agua no es externo al ser ni a la sociedad ni a su funcionamiento. La persona humana es 70 por ciento agua. La sangre, 78 por ciento agua. Sudor, sangre, orina son agua. Lo que comemos, cereales, frutas legumbres y toda la producción agrícola insume 70 por ciento del agua superficial del planeta. La industria consume el 20 por ciento agua, junto con la urbanización forma parte del ciclo del agua. “Las selvas son océanos verdes. Sus 350 toneladas de biomasa por hectárea son 70 por ciento agua”. El nuevo ordenamiento planetario emerge del tratamiento que la humanidad le está dando al medio ambiente. Entenderlo, y aceptarlo, nos permitirá encontrarnos con nosotros mismos y vislumbrar maneras de permanecer seguros y saludables en el planeta.