No hay duda alguna de que la vida hoy, la de ayer y la de mañana necesitó, necesita y necesitará proveer a la población de bienes y servicios en conjunción entre las empresas, cualquiera que sea su tamaño y el Estado cualquiera que sea su visión ideológica. En ese contexto, la producción de minerales y metales, tan vasta como las necesidades por atender, ocupa un papel preponderante en la historia humana.
Se registra la historia minera centrada en departamentos como Antioquia, Boyacá y Cundinamarca, con menciones a tres sitios específicos por su tradición y su valor económico en el ayer y en el hoy, lo cual no significa que se desconozca la vida minera de otras secciones del país, que de seguro en la continuación del trabajo se incorporarán.
Este escrito relata, sin ánimo de economista, sino de actor de la cadena de la industria, el acontecer minero del que el país ha sido testigo y protagonista y que le ha dado lo que hoy tiene y que le ofrece la posibilidad de, si toman decisiones serias, multiplicar el aporte minero para la prosperidad del Estado y, como propone el autor, la riqueza pública.
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