El libro se abre con la presentación de cuatro de los últimos directores de la institución, acompañada por una imagen y una nota biográfica sobre cada uno de ellos. Le sigue la historia de la sede de la actual academia, colindante con el parque de los periodistas en el centro de Bogotá. La primera consideración de doña Mercedes al hablar de este edificio, es la historia de su construcción por el arquitecto español Alfredo Rodríguez Orgaz quien inspirado, en parte, en la sede de la Real Academia Española, especialmente en su fachada, construyó la colombiana que se inauguró en 1960.
De manera minuciosa la autora recorre, paso a paso, desde el umbral de la academia, todos los espacios que conforman este magnífico recinto deteniéndose en el jardín de la entrada, para pasar luego a la visita de cada una de sus tres plantas y las obras de arte que la enriquecen. Así podemos enterarnos del fresco de la gran sala de recepción realizado por el maestro Acuña, a propósito del cual, la autora, no solo destaca cada uno de los personajes que lo integran, sino que nos habla de su historia y significación. Lo mismo hace con el gran mural del Paraninfo del mismo Acuña, y con las estatuas que forman el semicírculo ubicadas al fondo del gran salón. Su mirada artística no pierde detalle, de manera que se convierte en una verdadera cátedra para quienes desconocen el gran patrimonio artístico de la academia. Nos da cuenta también de muchos de los grandes personajes que pasaron por allí: El padre José Félix Restrepo, don Miguel Antonio Caro, cuya estatua se encuentra en el jardín, don Marco Fidel Suárez, los oleos de don José María Vergara y Vergara, don Antonio Gómez Restrepo y los bustos en bronce de don Rufino José Cuervo, Don Alberto Lleras Camargo y Don Jaime Posada, entre otros.
En el segundo piso se encuentra la sala Rafael Maya que ostenta un óleo del poeta realizado por el maestro Sergio Trujillo Magenat, como también un gran friso del maestro Acuña con las figuras de 42 autores de la literatura colombiana cuya semblanza también es recreada pormenorizadamente por doña Mercedes.
Sigue finalmente la descripción de la tercera planta y la rotonda de la Biblioteca Antonio Gómez Restrepo donde están los fondos y otras colecciones, como los nombres de los donantes. A lo anterior se toman también, en consideración, los diferentes óleos que se encuentran allí, entre ellos el de Gómez Restrepo.
Se cierra así un apasionante recorrido por uno de los patrimonios más importantes del país: la Academia colombiana de la Lengua, la primera fundada en el Nuevo Mundo.
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